Cirugía Facial

El rostro es el símbolo de nuestra identidad, es por ello que la edad no sólo tiene repercusiones en la salud, sino también en la autoestima, pues se muestra en la cara un exceso de piel y grasa acumulada. Por fortuna, la cirugía facial ayuda a disminuir los pliegues y abultamientos que suelen existir alrededor de los ojos, boca, en la frente e incluso cuello.

Parte de estas señales de envejecimiento se deben a una mala dieta en la que se carecen de los nutrientes necesarios, hábitos en consumo de sustancias adictivas, como tabaquismo; además de obesidad y herencia genética, marcas que son borradas en gran medida con esta intervención estética, con la cual se obtiene una apariencia rejuvenecida.

Asimismo la cirugía facial se utiliza para cambiar algunos aspectos del rostro que no nos satisfacen, como puede ser la forma o tamaño de nuestra nariz, labios o barbilla.

Al manifestarse el cansancio y marcas por la edad en diferentes puntos de la cara, hay distintas clases de operaciones faciales que corrigen las arrugas y flacidez. Si el problema se encuentra en la zona de los párpados, lo recomendable es la blefaroplastia, que apunta a quitar las “bolsas” bajo los ojos, y el exceso de piel en la parte superior, lo que en muchas ocasiones invade el campo de visión.

Otro tipo de intervención es el rejuvenecimiento facial que consiste en retirar el tejido graso y piel suelta, luego de introducir anestesia local para hacer incisiones al nivel de las sienes, así se contrarresta la pérdida de elasticidad; también la papada y las mejillas son intervenidas para reducir su tamaño.

La rinoplastia, mentoplastia, frontoplastia y otoplastia son operaciones que apuntan a la corrección de la nariz, el mentón, las cejas y las orejas, respectivamente, para de esta manera conseguir la imagen que nos más parezca más atractiva y la podamos proyectar.

El proceso de recuperación dentro de la cirugía facial varía de acuerdo con cada intervención, sin embargo  el riesgo de una cicatriz visible es mínimo, ya que el corte  se hace en las orillas del rostro o donde existen dobleces naturales.