La piel que cuelga de los brazos cuando nos movemos es un rasgo que incomoda a muchas personas, por lo que se recurre a la braquioplastia, una cirugía estética que elimina este problema.
La cirugía de brazos es una intervención quirúrgica que se realiza en el interior de los mismos para corregir excesos de grasa o problemas de flacidez. Esto puede causarse debido a obesidad previa y después lograr bajar de peso, así como la elasticidad que pierde la piel de forma natural con el paso de los años.
Otras causas son meramente genéticas. Se generan depósitos de grasa en esa zona y estos son muy difíciles para reducir con métodos naturales, como el ejercicio. Cuando esta región del cuerpo se ve demasiado afectada, es una decisión correcta elegir esta clase de cirugía. Al someterse a este tipo de tratamiento, el paciente logrará cambiar radicalmente el aspecto de sus brazos y sentirse más cómodo, además de lucir con firmeza.
Esta intervención se puede aplicar dependiendo del grado de la flacidez en los brazos. Es así como encontraremos tres niveles. El primero de ellos es el bajo, en este caso la flacidez no es tan pronunciada, de ahí que sólo se requiera de una liposucción con pequeñas incisiones en el brazo y, por lo tanto, no habrá que realizar una operación de mayor dificultad.
El segundo es el medio. Aquí la flacidez es mayor que la del grado o nivel bajo y por tanto se recurre a una braquioplastia media. En esta habrá una cirugía por la zona de la axila para de este modo estirar la piel y cortar el sobrante. Luego se cierra la incisión por esta misma región de la axila.
El último es el alto. En este nivel la flacidez es muy marcada, de ahí que sea necesaria una braquioplastia alta. La incisión será mucho más amplia e irá hasta la parte baja del brazo, alrededor de la región del codo. Debido a su gran tamaño, habrá una cicatriz que aunque quede por la cara interna del brazo, estará presente.
Cada uno de los niveles tiene sus propios lineamientos y será el cirujano quien decida qué tipo de procedimiento deberá realizarse a la persona. Esto se logra fácilmente mediante una sesión previa donde el especialista llevará a cabo las evaluaciones correspondientes, entre las cuales se incluyen la de firmeza y elasticidad de la piel.
Desde luego todos los niveles le serán explicados al paciente con el fin de dar a entender por qué se acudirá a determinado grado o nivel de la operación, la cual será decisión de ambos.
Como preparación para la intervención quirúrgica, se aconseja como medida general el evitar el consumo de ciertos medicamentos al menos 10 días antes de acudir a la cirugía.
Por lo general el proceso dura pocas horas. Al finalizar se añadirán unas vendas compresivas que reducirán la inflamación además de evitar que líquidos corporales se acumulen en el área recién operada y será necesario que el paciente permanezca algunas horas hospitalizado. Al día siguiente se podrán retirar estos vendajes de compresión para colocar una faja, la cual permanecerá en el brazo durante el tiempo que el especialista considere conveniente. Esta será de gran utilidad para que la inflamación se reduzca.
Después de dos semanas será posible para el paciente regresar a sus actividades cotidianas básicas, sin embargo, se verán restringidas por un periodo las actividades físicas de alto impacto, como el cargar objetos pesados o ir al gimnasio.
En cuanto a las cicatrices, estas permanecerán visibles durante el primer año, aunque también se llevará el tratamiento médico correspondiente para hacer que disminuyan poco a poco. Además hay posibilidad de que se presenten moretones o dolor, así que también se realizará la receta de medicamentos correspondientes que disminuirán estos malestares.
Una vez terminado todo este proceso, la persona se sentirá conforme con el aspecto de sus brazos, además de que podrá moverse con más tranquilidad y confianza.