La ginecomastia es un problema físico que se desarrolla en hombres, principalmente en la adolescencia, el cual consiste en el aumento de tejido en las mamas, ya sea en una sola o en las dos.
También puede presentarse un botón blando subareolar. Esto puede generar cierta incomodidad en los varones dependiendo de su estado anímico y también influirá en como sienten que se proyectan ante los demás en una región del cuerpo que no se ha desarrollado de manera normal.
La causa principal de la ginecomastia reside en la cantidad de andrógenos, hormona que crea características masculinas, y de estrógenos, que se encargan de las características femeninas. Según sea el nivel de cada una de estas hormonas, así como el aprovechamiento que el cuerpo hace de ellas, se puede originar el aumento de volumen en las mamas.
Entre otras causas está el envejecimiento, falta de testosterona, tratamiento hormonal para el cáncer de próstata e incluso efectos secundarios de algunos medicamentos.
Con esta información introductoria se puede obtener una clasificación en tres tipos de ginecomastia. La primera de ellas, neonatal, es cuando un recién nacido tiene aumento en sus mamas debido a los estrógenos de la madre en la placenta. Otra es la ginecomastia puberal desarrollada durante la adolescencia entre los 14 y 15 años. Por su parte, la nombrada senil aparece en hombres mayores a los 45 años, y tiene como principales incidencias la obesidad, disminución de testosterona y aumento de estrógenos, y muchas veces es parte del procedimiento natural del envejecimiento del cuerpo.
A su vez, cualquiera de estas ginecomastias puede presentarse en tres grados.
En el grado uno, sólo hay un leve aumento de la mama; en el dos, el aumento es moderado, y puede incluir o no, exceso de piel; en el tercero, el volumen de la mama es demasiado y presenta también exceso de piel.
Para determinar si efectivamente se padece de ginecomastia, se acude a un examen físico y desde luego la revisión del historial clínico. Aparte se puede acudir a consulta encodrinológica para analizar el comportamiento de las hormonas. Por último, una mamografía ayudará a clarificar los resultados, debido a que mostrará si la proporción es de componente grasoso o por proliferación glandular.
El tratamiento médico dependerá de la edad del paciente, la condición del padecimiento, si es por causa natural o por otra patología, y la alergia a ciertos medicamentos. Cuando se trata de la adolescencia, es común esperar a que pasen unos años, tras los cuales en la mayoría de los casos el tejido regresa a su estado normal. En cambio, si el problema ha persistido, la cirugía es una buena opción.
Se acude a una cirugía endoscópica en la región inferior de la areola, donde un tubo flexible con una pequeña cámara permite examinar el interior sin realizar una incisión muy pronunciada. Lo que seguirá será la extirpación de tejido hasta moldear a una posición y volumen adecuados. En caso de que el aumento de volumen también se deba a un componente graso, el proceso quirúrgico se ve complementado con una liposucción.
En el grado tres, donde se presenta el exceso de piel, se aplica una resección cutánea, misma que permitirá recolocar ciertas áreas como el complejo de la areola y el pezón, con el fin de elevarlo y que adquiera una posición adecuada.
Tras ver finalizada la cirugía, se coloca al paciente una camiseta de compresión para portarla durante un tiempo. Además llevará unos drenajes aspirativos durante máximo tres días, así como un tratamiento antibiótico.
Se requiere un poco de paciencia con la inflamación en la zona, pues esta disminuye de forma progresiva. Normalmente transcurren algunos meses para ver el resultado definitivo.