Los senos, al no contar con un músculo propio, tienden a su caída de manera inevitable. Aún cuando los efectos puedan ser mitigados, la mejor manera para corregirse es la mastopexia, una intervención quirúrgica que se encarga de la elevación del busto cuando esta parte del cuerpo de las mujeres ha sufrido este cambio a causa de la gravedad y el paso de los años.
La caída de los pechos, también conocida como pstosis mamaria, se debe a diferentes causas, como alteraciones en el peso, cambios hormonales fisiológicos que afectan la glándula mamaria, uso de un mal sujetador o el no utilizar esta prenda, embarazos y lactancia, exposición solar excesiva, bañarse con agua a altas temperaturas, así como un gran volumen de busto, aunque las mujeres con un busto pequeño también pueden sufrir esta característica.
Todo ello se genera debido a la elasticidad que las fibras de la piel pierden poco a poco, es decir, este descuelgue se deriva de la turgencia, que es la presión que los fluidos ejercen sobre las paredes de la célula.
Antes de la mastopexia el médico debe realizar una exploración mamaria, donde se evaluará el tamaño y forma de las mamas, además del estado general de salud que la paciente tiene, no obstante la pstosis mamaria se considera sólo un problema estético, y no médico.
Asimismo se tomarán algunas fotografías, por medio de las que se podrá evaluar el resultado luego de la intervención quirúrgica; y se tienen que llevar a cabo distintos estudios o pruebas, como lo son la mamografía y la ecografía, a través de los cuales se decidirá la técnica que se va a utilizar, la cual será explicada por el cirujano, como también se mencionará la combinación posible con otros procedimientos, a la vez de la medida y forma que los pechos obtendrán luego de la intervención quirúrgica.
Para que la paciente se encuentre segura acerca de que no sentirá dolor, en el procedimiento se utiliza anestesia general, con lo que la persona que se somete a la cirugía se duerme de manera profunda y completa durante toda la intervención, cuya duración va desde una hora con treinta minutos, hasta tres horas y media. En algunos casos especiales, se opta por anestesia local con sedación añadida.
La mastopexia debe practicarse en un quirófano, ya sea en un hospital o clínica, y usualmente el alta se consigue un día después de la operación, mientras que el regreso a sus actividades habituales podrá ser de una a dos semanas posteriores.
15 días previos a que la paciente se someta a la mastopexia, debe seguir una lista de indicaciones que el cirujano dicta, como una dieta especial, así como la suspensión de diversos fármacos, vitaminas y el tabaco.
Luego de la mastopexia pueden existir algunas molestias, como dolor, moretones o inflamación, los cuales se controlan con diversos medicamentos que son prescritos por el cirujano, entre los cuales se encuentran analgésicos. La paciente utilizará vendajes sobre la zona intervenida, los cuales serán retirados luego de diez o catorce días; y las mamas pueden presentar dolor algunas semanas después de la operación.
La mastopexia se trata de una cirugía estética segura y más, cuando se siguen los cuidados dictados por el médico especialista.